El sauna es un pequeño cuarto o incluso cabaña diseñado para experimentar sesiones de calor seco o húmedo que va desde los 60 a un máximo de 100 grados centígrados, lo cual induce a la relajación y produce que nuestros cuerpos suden. El sauna húmedo es lo que también conocemos como baño turco.
El sauna se originó en Finlandia donde es común hasta el día de hoy tener una en casa e incluso departamento. Según la tradición popular finlandesa “el cuerpo humano es mucho más hermoso después de 30 minutos en un sauna” ¿Quién no quisiera poder relajarse en la intimidad de su propia casa y no tener que pagar un gimnasio donde encima uno debe compartirlo con extraños?
Para adquirir un sauna casero ten en cuenta lo siguiente:
Existe básicamente dos estilos de sauna, el convencional que calienta el aire o el sauna infrarrojo que calienta los objetos. Los saunas infrarrojos utilizan diversos objetos en el área de calefacción como carbón, fibras de carbón activas y otros materiales. Es común añadirle hojas de eucalipto y otras plantas, pues además del rico olor ayuda a abrir los poros y es bueno para la piel.
Uno puede comprar el modulo del sauna listo, ensamblarlo uno mismo o incluso construirlo. A pesar de que es un poco más caro, el módulo es más práctico y fácil de instalar y puedes llevarlo contigo si decides mudarte de casa.
Es importante considera el tamaño del sauna, ya que hay saunas personales o grupales de hasta 10 personas. Incluso puedes encontrar en el mercado aquellos que incluyen cambiador y un área de ducha, aunque claro, aquí ya estamos hablando de un sauna externo y no un refugio personal.
Y por último, pero quizás lo más importante, recuerda buscar siempre por un producto de calidad y no una marca barata que tengas que reemplazar en unos pocos años. ¿Estás listo para tener el spa que siempre soñaste?
No hay comentarios:
Publicar un comentario